lunes, 21 de julio de 2014

Patates fregides de la iaia

Las patatas fritas son un plato asegurado tanto para niños como para adultos. Además, si son caseras y están hechas con todo el cariño del mundo todavía mejor.  

- Iaia, què hi ha avui per dinar?
- Patates fregides. Va, aneu a rentar les mans i seieu a taula. 
- Vale!!!

Después de estas palabras, una sonrisa enorme invadía nuestras caras y nos lavábamos las manos lo más rápido posible para llegar cuanto antes a la mesa. Una vez en la cocina, mi abuelo ya estaba sentado presidiendo la mesa y mi hermano, mis primas y yo sin tener que decirnos nada ya sabíamos donde teníamos que sentarnos cada uno. Mientras la iaia estaba acabando de dar el último toque a las patatas, mi abuelo nos preguntaba cómo había ido el cole y qué habíamos hecho. Cada uno de nosotros, contaba sus historias esperando impacientes la comida. Al fin, la iaia nos pedía los platos uno a uno. Eran unos platos de cristal de color verdoso que los llenaba de patatas fritas hasta arriba sin ningún miedo a que no nos lo termináramos todo. Sabía perfectamente que no íbamos a dejar ni una patata. 


Estaban cortadas muy pequeñas y su interior era blandito. Sin embargo, por fuera estaban tan crujientes que se quedaban pegadas entre ellas. ¡Disfrutábamos tanto comiendo que ninguno queríamos que se nos terminaran!




Intento hacerlas como siempre la he visto a ella y no consigo que me salgan igual. ¿Cuál era su secreto? ¿El corte de la patata? ¿La temperatura del aceite? ¿El tiempo de freírlas? Fuera lo que fuera, aquellas patatas quedaran en nuestro recuerdo y podremos saborearlas cada vez que cerremos los ojos y nos imaginemos aquella escena en casa de la iaia comiendo las mejores patatas que jamás hemos probado.




T'estimem iaia.

Amb molt de carinyo dels teus nets: Oscar, Helena, Marta y Sandra

3 comentarios:

  1. Les patates de la iaia eren insuperables. Ella era molt feliç veient com ens les menjaven. En feia una bona plata. Totes per nosaltres: pels nets; pels fills. També per l'avi, tot i que el renyava si gosava tocar-les. Era un moment entranyable.
    La iaia estarà molt orgullosa, Sandra. Has aconseguit fer-les igual. "Torradetes i bones", diria ella. Gràcies, filla. Gràcies, mare.
    Josep M.

    ResponderEliminar
  2. En mu has ocasiones, he hecho patatas fritas para mis hijos y siempre me decían: "Mama, es que no te salen como los de la iaia. La iaia las hace diferentes". Realmente, mi suegra hacia unas patatas fritas que estaban muy ricas. Un día me desveló el secreto....
    Te quiero, iaia.
    María José

    ResponderEliminar
  3. Ya te digo si son ricas, en casa gustan muchísimo. Pero las que hacían las abuelas es que no tienen precio, son las mejores del mundo mundial.

    Besinesss

    ResponderEliminar